Análisis reflexivo

Sobre el artículo de los E-Recursos "Creatividad en el Lenguaje" 


En este artículo se define la estrategia del lenguaje.

Dando una breve introducción, se nos define primeramente a la frase como uso infinito de medios finitos, esto nos refiere a depositar la creatividad del lenguaje entre frases y los signos. Según Benveniste, el leguaje confía en dos entidades: los signos, entidades semióticas, y las portadoras de significación, entidades semánticas.

Estas entidades son simples unidades distintas y opositivas, de estas se esparce la idea que no se relacionan con realidades extralingüísticas. Esta idea nos introduce al significado y significante, representan el signo de ambos lados. Al analizar el significante nos da un número finito de elementos. Si esta hipótesis se comprueba, se constituye que los tiempos verbales radican en listas finitas de formas e implican una enumeración finita de reglas.

También, al descubrir las características de la frase que contribuyen al discurso, nos damos cuenta de rasgos que nos ayudan a definir el lenguaje como discurso actual: carácter temporal, capacidad de referirse al hablante tomando procedimientos como pronombres personales, tiempos verbales, demostrativos, entre otros.

“Mientras que las unidades semióticas son sistemas de dependencia interna, y por tal razón constituyen conjuntos cerrados y finitos, la frase como la primera unidad semántica se relaciona con la realidad extra-lingüística”.

El discurso es infinito, básicamente porque las frases se definen como acontecimientos, poseen un hablante y un oyente, significación y referencia, y cada uno de estas características posee un carácter infinito.

Dentro de este se encuentran las palabras, cabe aclarar que, estas no poseen significación antes de ser usadas, ya sea como sujetos lógicos dentro de una proposición o como predicados, entre otras cosas, nos ayuda a definir que las palabras son entidades semánticas, no entidades semióticas.

Otro punto importante es la polisemia, que se define como “la propiedad de las palabras en el lenguaje natural de tener más de un significado”, por ende, traemos a cuenta la metáfora, como una de las estrategias del discurso que aprovecha la creatividad dada por el lenguaje. Al uso de la polisemia se genera innumerables significados desde un punto finito de unidades lexicales, y para su uso, es necesario recalcar la interpretación, proceso que usa todas las determinantes contextuales posibles que ayudan a captar el significado de acuerdo al contexto del mensaje y de la situación dada.

Al emplear estrategias del lenguaje, resuelve conflictos que frenan las ideas erróneas, tres de estas son:

  • ·         Lenguaje ordinario
  • ·         Lenguaje científico
  • ·         Lenguaje poético

Al definir el lenguaje ordinario, nos hace referencia a el uso de lenguaje naturales, “cuyo propósito es la comunicación y cuyos medios son una táctica de reducción polisémica”. El lenguaje científico, nos lleva un paso más, está más allá de la frontera que separa lenguaje artificial del lenguaje natural, y el lenguaje poético nos tiene la función de preparar redescripciones de la realidad, pues de la poesía recibimos una nueva forma de ser en el mundo y de orientarnos en él. Llevándolo al contexto del discurso, se toma que el propósito del discurso no es construir un puente entre dos “esferas de experiencia”, sino garantizar la identidad del significado dentro del argumento, desde el principio hasta el fin.

Al retomar la idea de la metáfora, muy ligado a lo que venimos hablando, la metáfora se definía como un adorno meramente estilístico, no implica información, pues su función es agradar, al romper con esto, manteniendo su esencia, la metáfora se define como una de las figuras del lenguaje, “tropos” porque es consecuencia del uso “desviado de las palabras”. El uso de esto radica en, sustituir los nombres apropiados de las cosas, el autor decide usar el nombre de otra cosa para extender el significado del nuevo nombre, sucede porque simplemente “el autor opta por no usar la palabra conveniente en su sentido apropiado y la reemplaza por otra palabra que parece más agradable” o desde mi punto de vista, muchas veces se sustituye porque dará mayor contexto abstracto y puntualizado sobre lo que se quiere hacer referencia. La metáfora posee diferentes puntos de vista, tanto positivos, como negativos, lo que no varía es que, el único proceso epistemológico de la metáfora se liga a lo discursivo, no al proceso intuitivo de la creación de significado. 

La palabra clave dentro de la metáfora es la semejanza, porque dentro de la igualdad y diferencia no solamente se mezclan, sino que permanecen en oposición. Es esencial que, dentro de la estructura de la metáfora, se encuentre presente lo viejo y lo nuevo, como una torsión metafórica.

La estrategia del lenguaje, contribuyente al discurso, al implentar el lenguaje adecuado, además de las metáforas como extensión de la polisemia, lograremos llegar a tener el lenguaje y la realidad, juntos, sin quebrantar ni aumentar ninguno, y dar un uso adecuado, llevándolo a la práctica y recordando la creatividad que está dentro de esto.

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